martes, 17 de abril de 2012

Sientes un nudo en la garganta y todo te da vueltas, bocanadas de aire que ahogan suspiros de desesperación, lamentos de un agujero de soledad que aumenta paulatinamente, cada vez a velocidades más vertiginosas, de esas que se te escapan de las manos y se apoderan de todo sin que las puedas detener. Sientes miedo a esa nada en la que has permanecido siempre, mientras los sudores empiezan y la taquicardia te recuerda que sigues ahí, viva, que posees algo que late aunque nunca parezca hacerlo. Todo debería parar pero no lo hace, como la desesperación que no desaparece como lo hacía antes, es esa sensación de inquietud constante, esperar lo que no llegará y renegar de lo que hay. Por favor, dices, que alguien alumbre, aunque sea solo un punto, el terrible agujero que cada vez se hunde a mayor escala, con más oscuridad y profundidad aterradoras. Agujero de miedos y pesadillas con sensación de vacío y monotonía. Por favor, que alguien lo tape, o al menos que alguien invente el remedio para que pare de crecer, de reproducirse tan rápidamente. Hay un agujero negro ahí, de esos que se ensanchan y ensanchan y se tragan todo lo que hay a su alrededor y no paran hasta haberse deshecho de todo, dejando una nada absoluta y un silencio mortal a su alrededor. Que alguien diga como se paran los agujeros antes de que arrase con todo lo que encuentre a su paso. Antes de que se lleve la vida que un día hubo y que, poco a poco, con el apagón general de estrellas, se ha ido consumiendo y helando hasta ir desapareciendo sin remedio. 

1 comentario:

  1. Yo hasta no hace mucho escribía sobre el mismo agujero. No busques remedios ni escusas, tu sola sales créeme :) Saludos y te sigo! :D

    ResponderEliminar