viernes, 6 de julio de 2012

Hoy es noche de fiesta. Y las luces multicolores se encenderán, dejándonos quemar la ciudad entera, tiñendo de rojo y naranja las calles, adornando de reflejos amarillos todos los edificios. 
Hoy es noche de fiesta, y moriremos abocándonos al desenfreno nocturno, agarrándonos a la juventud, que se marcha ávida conforme pasan, sin decir hola ni adiós, los minutos de una vida que cada vez parece más corta. 
Hoy es noche de fiesta. Hay botellas en el sofá y un par de paquetes llenos de pitillos que esperan ser consumidos con la ansía de la noche. Hierbas guardadas de forma estratégica para que el olor no delate la malicia infantil que todavía nos queda. Esperanzas de comernos el mundo que todavía no han sido ahogadas.
Hoy es noche de fiesta, noche de luna que observa, radiante, los rostros de aquellos que se abandonan a la irresponsabilidad. Carpe Diem y puro momento.
Hoy es noche de fiesta y, si sobrevivimos, la contaremos con penas y glorias. Con lloros y risas. Con su cal y su arena. Porque, joder, hoy nadie nos frena. 

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